1987-93
Marcar una línea segura, con puntales fijos, arcos a buena sustentación. Es una sobria arquitectura llevada de la mano del pintor que ha resaltado en cada milímetro su fachada, variedad de elementos, rematados por las aristas más finas y un majestuoso color como su verdadera realidad.
Transformado. Sobre un lago turbulento intenta mantenerse a flote.
Se ha quedado tan fino como un papel pero no hay transparencia. Su identificación, divisa como el resto de las ganaderías.
Olé ! caballo español sin caballero, animal inteligente, indómito en libertad. Sí, comprendo, ha llegado a suplantar a un manido «señorito andaluz».
Las rejas saben de sus intenciones, separan, aislan y protegen de un exterior maltratado.
Y él, en su apariencia altivo, espera el momento para su nuevo paseíllo. Un fondo necesariamente esperanzador atrae nuestra mirada.
El toro debe salvar el rejón.
MONCHOLC, hasta hoy. Pag. 96.
Dra. Abad