1979
Me dan escalofríos.
Ella es la miniatura, concentra en un pequeño espacio la fuerza creadora del artista. Irrumpe como un maravilloso contraste de luz. Fondo intenso que arrastra, surge de él en un trazo una figura de mujer, femineidad marcada, esbelta, elegante. No hay rasgos definidos en su rostro. Observo como conversa, un suave ademán de su cabeza, mira hacia atrás.
Con ella nos trasladamos a un momento diferente, ambiente refinado de su tiempo.
Yo la he idealizado, un tiempo más allá del que me enorgullezco y quizás ¿no podría cumplir mi sueño?. Vestida de seda y encaje, vuelo hasta el suelo, una capa corta en su mano y una amplia pamela. No es estática, es una secuencia, en si misma y en la historia, formando parte de algo que
hacemos nuestro.
Una llamada de atención, conmovedora, no pasa indiferente. Es ella señora siempre.
Quisiera convencerla para que me acompañara en este viaje expléndido.
Disculpadme, ahora vuelvo.
Os lo dije, podríamos contar con ella, será nuestra anfitriona.
Dra. Abad