1986
Participar del juego infantil en carnavales admitía ocultarse en un disfraz. Cada año era especial, y si el anterior trasformado en un fantasma deseabas que aquello pasara cuanto antes, este pasaba por ser como el de la profe.
Sorprendido, esconde la mano,observa y procura que no se note su timidez.
A diferencia del clown, ni ríe ni solloza.
Debajo del improvisado ropaje late un fuerte corazón.
Ni bobadas ni payasadas.
Dra. Abad