1982
Fueron y ahí están.
Pero es que siguen.
Las reflexiones quedan a la elección individual de cada observador, pero yo sí estoy en ese escenario, es mi mundo y claro que el de todos aquellos que conmigo viven los problemas de nuestra sociedad.
Inconformismo ante el esfuerzo en el trabajo. Reivindicaciones que son dirigidas, qué importa ya la responsabilidad por el quehacer bien terminado.
Fáciles ingresos, interés por la mediocridad.
El balón, desde ayer, medio de oxigenar y desviar la atención de aquellos indiferentes a los verdaderos problemas. Pantalla que oscurece la lacra de la droga y «los últimos coletazos del terrorismo».
Rechazo el desafortunado comentario con el que algunos intentaron evadirse. Estamos preparados para contemplar y analizar el pensamiento inmerso en esta obra.
Yo no voy a negar estas realidades que de forma tan clara nos presenta el pintor. El nos abre un espacio al optimismo mostrándonos la riqueza de la naturaleza nada alterada con el tiempo.
Profundo horizonte entre árboles que han sido observadores también del paso del mismo, inmensos troncos de copas repletas de riqueza.
El otoño es una estación más en su ciclo anual. La Humanidad debe pensar qué hacer con el suyo.
Dra. Abad